Cantania, punto de encuentro generacional.

Pocas veces se conjugan de forma tan intensa las ilusiones de tantas personas como lo han hecho durante estos meses con la puesta en marcha de Cantania en Ávila. La capilaridad del proyecto –que ha alcanzado a mil familias de toda la provincia, decenas de maestros de todo nuestro territorio, músicos, melómanos, formadores, directores, técnicos o escenógrafos– ha sido de tal calibre que ha supuesto un punto de inflexión en la formación musical abulense.

Todos los que hemos tenido la fortuna de participar de una u otra forma en el proyecto hemos coincidido unánimemente en alabar su capacidad para unir, a través de la música, a los profesionales y agentes culturales que creemos firmemente en la capacidad de este arte para construir una sociedad saludable, próspera y feliz. Bastaba ver las caras de ilusión de los casi mil niños que han actuado en Lienzo Norte durante la pasada semana –agotando las localidades durante tres días consecutivos, algo inédito en la historia reciente de la ciudad en un evento de estas características– para comprobar que la educación musical constituye una herramienta de incalculable valor en la conformación de la personalidad de nuestros niños. Muchos de los que acudieron esperando encontrar un grupo de niños entonando melodías se quedaron boquiabiertos al contemplar a unos auténticos artistas por un día dando lo mejor de sí mismos, con una ilusión y un entusiasmo indescriptibles. Las lágrimas asomaban en nuestros ojos al contemplar una puesta en escena al nivel de los mejores musicales de las grandes capitales europeas, pero en el que los protagonistas era nuestros niños. No en vano, la dirección artística de L’Auditori de Barcelona, creador del formato que ha triunfado en escenarios de medio mundo, ha alabado el enorme alcance que ha tenido en Ávila esta primera edición, refrendando así que los abulenses –en contra de lo que a veces se dice– sabemos valorar, sumar y responder ante proyectos de alcance cuando están planificados y ejecutados con rigor.

No podemos sino dar las gracias a todos los que han hecho posible vivir este sueño a tantas personas: instituciones, entidades, músicos, colaboradores, familias y público que ha abarrotado cada día el auditorio. Muy especialmente a nuestros maestros, piedra angular del sistema educativo, y eje de la formación de las futuras generaciones. Pero sobre todo a nuestros niños; con un tesón y energía encomiables, nos han dado a todos “la gran lección”. Por y para ellos hemos querido, desde Juventudes Musicales, poner en marcha este proyecto. Y por y para ellos deseamos que esto no sea más que el inicio de una larga travesía que debería estar llamada a convertirse, año tras año, en punto de encuentro generacional. Para ello es imprescindible contar con los apoyos logísticos, técnicos y económicos que permitan hacerlo viable. Nosotros nos hemos puesto ya manos a la obra, y esperamos contar con el respaldo de toda la sociedad abulense para regalar a nuestros niños la oportunidad de vivir una experiencia única en sus vidas.