Los Hermanos Aznárez
Javier, Leyre y Pablo, de 25, 20 y 18 años, nacen en Pamplona, Navarra. Empiezan sus estudios musicales en el seno de su familia, comenzando a los tres años sus contactos con el violín. Finalizan en España su grado superior de Música en la especialidad de violín, con 18, 16 y 16 años respectivamente con las máximas calificaciones.
Realizan una formación especializada en los siguientes centros: Escuela Superior de Música Reina Sofía, Yehudi Menuhin School de Londres, Konservatorium Privatuniversität de Viena, Haute École de Musique de Laussane, Scuola di Musica di Fiesole y Codarts-University for the arts de Rotterdam. En este último Javier y Leyre finalizaron un máster logrando las máximas calificaciones en sus respectivas tesis.
Dentro de su especialización han recibido enseñanzas de grandes maestros, como Pavel Vernikov, Marco Rizzi, Gordan Nikolic, Loutsia Ibragimova, Andras Czifra, Goran Gribacevic, Natasha Boyarskaya, Sergey Teslya, Svletana Makarova, Ariman Ganz, Valery Gazarian, Manuel Guillén, Vartan Manoogian, Vadim Repim, Itzhak Rashkovsky, Mauricio Fuks, Shmuel Ashkenasi, Miriam Fried y Krzysztof Wegrzyn.
Son galardonados y finalistas en concursos nacionales e internacionales como en el Torneo Internacional de Música (TIM) (Italia), en el “Prix D’Harmonie Competition”(Holanda), en el Concurso Internacional “Encuentro de Interpretación de Jóvenes Concertistas “ (León), en el Concurso Nacional “Ciudad de Xátiva”, en el Concurso Nacional de interpretación musical “Vila de Salou”, en el Concurso Nacional “Joaquín Maya” (Navarra), en el Concurso Internacional de violín “San Andreu de la Barca”, en el Concurso Jóvenes Violinistas por la Paz (Jaén), en el Certamen Nacional de Interpretación “Intercentros Melómano” (Madrid), en el Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España en Ávila, en el concurso Forum Musikae (Pozuelo de Alarcón) y en el Concurso Jóvenes Intérpretes en Irún.
Han recibido reconocimientos como el “Premio Impulso a las Artes Príncipe de Viana” y Becas del Gobierno de Navarra, Fundación Albéniz, Fundación “la Caixa”, Fundación Caja Madrid, Fundación Promete, Beca Nicanor Zabaleta de la Diputación Foral de Guipuzkoa, Fundación France Telecom-España, Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes (AIE), y Ruta Quetzal BBVA (Javier en 2006 y Leyre en 2008).
Javier en 2008 publicó un CD titulado “Recordando a Sarasate”.
Desde muy jóvenes han ofrecido recitales abarcando un amplio repertorio que incluye las obras más significativas de la literatura violinística, desde el barroco hasta nuestros días. Han ofrecido conciertos en España, Portugal, Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda, Bélgica, Italia, China, México, Panamá, Austria, Japón, Polonia y Estados Unidos.
Notas al programa
“Los Hermanos Aznárez” compaginan sus compromisos profesionales individuales con breves y excepcionales encuentros donde comparten un programa y un escenario en un espectáculo único e irrepetible. En esta temporada presentan un nuevo proyecto conjunto, novedoso y exclusivo, “Los Elementos de La Vida”; un programa abierto y flexible con el que girarán durante los próximos dos años. Estos tres jóvenes talentos del violín profundizan en la línea de su anterior proyecto. Su primera experiencia fue en 2010 con un espectáculo titulado “Recordando a Sarasate” presentado en la Expo de Shanghai.
El concierto propuesto muestra una selección de las obras de su nuevo programa, dotadas con un carácter más íntimo, más emocional y lleno de virtuosismo. Su complicidad fraternal se fusiona con su sincronía musical, donde la interacción de los sonidos de los tres violines integra y proyecta sus diferentes sentimientos y afectos, sus personalidades humanas y musicales, dando lugar a una sinergia irrepetible, única.
La complicidad y sinceridad de los tres músicos en el escenario impacta en el auditorio, dejando una grata huella de alegría y positivismo. La sorprendente interpretación de las obras seleccionadas conecta desde los primeros compases con los sentimientos del público en un contexto de optimismo vital.
En este concierto su interpretación se tiñe de reflexión, de experiencia vital, de compromiso. La música que emana de sus violines, pretende transcender los elementos puramente técnicos, musicales, para alcanzar el ámbito de una experiencia sensorial compartida, de un diálogo, de un motivo de meditación íntima de los verdaderos motores de la vida: Agua/Esperanza, Tierra/Raíces, Aire/Inspiración y Fuego/Pasión.
